Es la cesación justificada de la ejecución del contrato de trabajo que exonera temporalmente al trabajador, y generalmente también al empleador, del cumplimiento de sus obligaciones.
El contrato de trabajo se creó con el objetivo de perdurar en el tiempo. Por eso, la ley establce una serie de vías para tratar de evitar que, en algunas situaciones, la relación trabajador-empresa se rompa.
Algunas de las principales causas para la suspensión de un contrato de trabajo son (según el artículo 45.1 del Estatuto de los Trabajadores):
– Mutuo acuerdo entre ambas partes: de modo voluntario, se pacta el cese de la relación laboral. Por ejemplo, por motivos familiares, estudios, etc.
– Causas establecidas válidamente en el contrato: se pueden incluir unas cláusulas que prevean situaciones que recomienden la suspensión del contrato.
– Incapacidad temporal: el trabajador no puede trabajar por accidente o enfermedad.
– Maternidad, paternidad, adopción o acogimiento, y riesgo durante el embarazo o lactancia
– Cumplimiento del servicio militar o prestación social sustitutoria
– Ejercicio de cargo público que le impida realizar su trabajo: por ejemplo, si el trabajador es elegido alcalde, diputado o representante sindical.
– Privación de libertad del trabajador mientras no exista sentencia firme: cuando se encuentra privado de libertad, en situación de detención policial o prisión provisional.
– Suspensión de empleo y sueldo por razones disciplinarias: el empresario tiene poder sancionador cuando no se cumplan los deberes laborales.
– Causas económicas, técnicas, organizativas o de producción: también puede reducirse la jornada laboral por estas causas.
– Excedencia: que puede ser forzosa, voluntaria, por cuidado de hijos o de familiares.
Puedes ver aquí todas las causas de suspensión contractual.
